No existe una receta milagrosa cuando le pides a un terapeuta “dame confianza en mí mismo”.
La confianza en uno mismo se adquiere haciendo cosas, realizando acciones; y es porque estas acciones habrán sido bien realizadas, con éxito, que el paciente recuperará gradualmente la confianza en sí mismo.
El terapeuta sugiere acciones de dificultad creciente, comenzando obviamente con ejercicios simples.