Voy a presentar esta pregunta a partir de un caso clínico que tuve que tratar.
Marco es un joven de 30 años. Acude a consulta para ayuda psicológica. Está desesperado. Dice que hace 6 meses, regresando de un partido de fútbol con dos amigos, fue atropellado por un auto que lo pasaba a pesar de la doble fila. Sus dos amigos fueron asesinados y él sobrevivió.
A partir de ese momento, su vida dio un vuelco. Todos los días revive este accidente. Recuerda los pedazos de metal esparcidos, el olor del carro que se incendió, el ruido terrible del impacto. Tiene flashbacks y tiene pesadillas por la noche.
Dice que su vida se ha dividido: hay una vida antes y una vida después. Lo que experimentó es exactamente el significado de la palabra griega trauma que significa lesión. Es una experiencia del pasado que vuelve a su presente. Marco intenta olvidar lo que pasó pero como dijo Montaigne, "no hay nada que se quede más en la memoria que las ganas de olvidarlo" y cuanto más intenta Marco no pensar, más recuerdos vuelven.
También se ayuda de otras formas: ha dejado de conducir y está evitando todos los caminos que podrían llevarlo de vuelta al lugar del accidente.
Marco sigue hablando de lo que pasó con su familia y seres queridos ; sabe que no es su culpa pero tiene miedo de ser un poco culpable. Él dice "No podría haberlo hecho de otra manera" y todos asienten y lo tranquilizan. Incluso las familias de sus amigos fallecidos en el accidente lo tranquilizan, lo que lo hace sentir mejor en ese momento pero lo lleva a pedir más tranquilidad.
Marco muestra los mecanismos básicos para controlar los propios pensamientos que fijan aún más la memoria. Pensar en no pensar te hace pensar más.
Como en todas las situaciones relacionadas con el trauma: cuanto más evita, más confirma que ya no puede hacer lo que hacía antes .
En cuanto a la tranquilidad, cuanto más funciona en el momento, más la persona, en este caso Marco, se vuelve más dependiente y hace que el trauma sea cada vez más presente.
El terapeuta tiene que enfrentarse a una situación de alguien que necesita ayuda urgente , una persona que necesita ser comprendida y guiada con firmeza para superar el trauma.
La relación debe ser cálida: “lo entiendo muy bien” pero, al mismo tiempo, el paciente debe ser consciente de que tiene delante a un experto que le puede ayudar.
Le dije a Marco que lo entendía y entendía por lo que estaba pasando y que todo era normal. También le dije que era posible solucionar su problema pero que tenía que pedirle que hiciera algo difícil y doloroso para prepararlo a aceptar.
1ª prescripción: la "novela del trauma"
Le pedí que se tomara un tiempo cada día para contar, en una hoja de papel, el evento traumático en sus más mínimos detalles, todas las sensaciones vividas, todas las cosas más terribles que tenía en mente...
Y repite el mismo ejercicio todos los días. Una vez terminado, mete el papel en un sobre y tráeme la "novela del trauma" completa en la próxima sesión.
La reacción de Marco fue: "No puedo, no quiero pensar en eso".
La actitud del terapeuta ante este tipo de negativas debe ser de flexibilidad, de acogida, de comunicación metafórica, suficientemente evocadora para que el paciente acepte la prescripción.
Al respecto, le dije que su herida durante este período de 6 meses se había infectado, que estaba llena de pus y que la única solución para curar era el uso de un bisturí. Si supiera de una forma menos agresiva, por supuesto que la usaría, pero insistí en que no había ninguna.
2ª prescripción: el "conjuro del silencio"
Le dije que seguir hablando con sus seres queridos para tranquilizarse era como el agua con abono que se le echa a una planta para estimular su crecimiento. En lugar de comunicarse con todos los que lo rodean, habría sido mejor que Marco escribiera su novela de trauma antes.
Marco volvió en la segunda sesión con la cara más relajada; me dio su novela de trauma. Señaló que los primeros días el ejercicio había sido realmente terrible, que se había sentido abrumado, pero que a partir del 3er día sus recuerdos volvían menos, que escribía más despegado y que al mismo tiempo, el hecho de no hablar de eso a su alrededor lo había liberado. Agregó que se le había ocurrido conducir.
El mecanismo de prescripción
Escribir la novela de trauma tiene efectos psicofisiológicos. Esto externaliza las imágenes y bloquea el intento de una solución disfuncional de tratar a toda costa de olvidar.
La escritura tiene una función cerebral que es pasar de la memoria a corto o mediano plazo a la memoria a largo plazo. Este fenómeno no comienza con el habla sino con la escritura.
La escritura permite trasladar los recuerdos a los archivos del pasado.
Mientras escribimos, nos acostumbramos al recuerdo, nos desligamos de las emociones (miedo, rabia...). Así es como el trauma se traslada al pasado y promueve la curación.
Le pedí que hiciera la novela si era necesario, si por ejemplo los recuerdos volvían espontáneamente para archivarlos definitivamente en el pasado.
Ayuda a Marco a empezar a vivir de nuevo.
3ª prescripción: el "como si"
Le pedí que se hiciera la siguiente pregunta todas las mañanas: ¿qué haría diferente si hubiera superado por completo este problema? y le recomendé que eligiera una respuesta con la menor ambición.
Tuvimos 4 sesiones más y lo seguí mientras se recuperaba toda su vida. Ya no usó la novela de trauma y comenzó a vivir de nuevo.
Conclusión :
Concluiré citando un aforismo de Robert Frost "la mejor salida es seguir adelante y seguir adelante". Atravesar el trauma, atravesarlo y salir de él, estos son los pasos clínicos esenciales.
Registramos una eficiencia del 95% en la resolución de traumatismos. El 5% de los casos no resueltos se debe a que el terapeuta no logró que el paciente aceptara la prescripción.