Artículo de Les Echos Business: http://bit.ly/1XkNnun
Tristeza, pérdida de motivación, necesidad de hablar... Tres días después de los atentados de París, las empresas deben escuchar y mostrar compasión hacia los empleados conmocionados.
La emocion. La tristeza. El dolor. Tras los atentados de París, que hasta la fecha han dejado 129 muertos y más de 350 heridos, las empresas especializadas en apoyo psicológico se han visto desbordadas de llamadas. DDH cuyos equipos han sido duramente golpeados. Gerentes de restaurantes cuyos servidores temen nuevos estallidos. Administraciones que tenían que hacerse cargo de los parisinos devastados...
El regreso a la oficina se siente como una resaca. Para quien se ha visto afectado directa o indirectamente, retomar la actividad normal, concentrarse, movilizar la energía en tareas que parecen ridículas, sigue siendo delicado. “Un evento como este impacta necesariamente en la vida de la empresa”, observa David Mahé, presidente del gabinete Estímulo, especializado en riesgos psicosociales.
[...] De manera más general, la escucha por parte de los directivos, e incluso de los compañeros, es fundamental: “Hay que estar atento a las situaciones de retraimiento, de no expresión. Préstenle especial atención”, advierte Jérôme Boucher, director de operaciones de Psya. Porque el silencio se tuerce. "El riesgo es que algunas personas se descompensen repentinamente, de ahí la importancia de discutir también con los médicos del trabajo que nos darán información", dijo Grégoire Vitry, psicoterapeuta, fundador de la firma Lact. Sobre todo porque estos atentados terroristas también se superponen a veces a climas de tensión interna en la empresa...
De ahí la necesidad de este hablar colectivo. Porque más allá de la desmotivación, los que estuvieron en el “bosque” y trataron de salir adelante pueden experimentar un sufrimiento psicológico grave. “Se estima que entre el 5 y el 10 % de los afectados indirectamente desarrollarán un trastorno de estrés postraumático. Y del 35 al 50% de los que estuvieron expuestos directamente. Para ellos, el evento queda en el presente y no logra registrarse en el pasado”, describe Grégoire Vitry. [...]