He aquí un ejemplo de una intervención sencilla a nivel profesional que puede cambiar muchas cosas.
Ante conductas adictivas en el trabajo, lo primero que se debe hacer es remitirse a la normativa interna que, con carácter general, especifica si es posible o no consumir alcohol dentro de la empresa y/o prohíbe la presencia de determinados productos y materiales.
Una prueba de estas reglas internas con un empleado adicto puede llevarlo a poner palabras a un posible problema y buscar ayuda del gerente, los funcionarios de salud... en definitiva, a apoyarse en diferentes palancas.
El proceso de intervención terapéutica en una empresa es el siguiente:
- Determina lo que puedes hacer
- Define el problema
- Definir objetivos
- Organizar una 1ª entrevista, luego una 2ª para observar los hechos y ver si ha habido una evolución entre las dos sesiones
¿Cómo detectar a un empleado adicto?
Debemos prestar atención a un empleado que notamos que tiene comportamientos diferentes y observar si este cambio es temporal o crónico.
Este cambio puede traducirse en una caída del rendimiento, de la agresividad, de un conjunto de hechos relativos a la empresa…
En este contexto profesional, el terapeuta debe limitar su intervención exclusivamente a la adicción que influye en el desempeño de la empresa. Sin embargo, tiene la obligación de relacionar los hechos observados con el problema identificado y denunciarlos; de lo contrario, implícitamente se hace cómplice porque "el que no dice una palabra consiente". Si identifica algo que afecta la seguridad, debe intervenir de inmediato.
La primera entrevista se basa únicamente en observaciones parciales ; busca resaltar un peligro para los demás, para uno mismo, una pérdida de rendimiento, el paso de un estado a otro estado.
El objetivo es respetar la entrevista abordada en un contexto legítimo, el de la empresa, resistir a compañeros, familia, establecer un clima de confianza. Debe evitarse el diagnóstico.
Este contexto influye inevitablemente en la actitud del empleado: ya no puede actuar como si no supiera. Y él sabe que nosotros sabemos. Por lo tanto, se verá inducido a modificar su comportamiento, por ejemplo, a consumir menos alcohol.
La 2ª entrevista está hecha para retomar las cosas donde las dejamos, como si nada hubiera pasado. Y luego vemos si ha habido una mejora o no.
Esta fase de retroalimentación suele ser difícil; hay que preverlo, y continuamos la observación durante esta segunda sesión.
Si no hay cambio, le damos las gracias a la persona y tratamos de buscar explicaciones con ella. Y le vamos a explicar que su jerarquía puede comprender y ofrecerle ayuda porque es fundamental que todos los protagonistas respeten a la persona en su trabajo.