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Sal del círculo vicioso
La víctima debe dejar de justificarse, renunciar a tratar de entender lo que dice el pervertido. Hay que poner cierta distancia, permanecer sordo a los llamados del depredador que busca acercarse mostrándose en su mejor luz. Se recomienda hablar del tema y confiar en un tercero, una persona benévola y neutral, por lo que no es el superior del acosador quien puede sentirse cuestionado,
más bien Recursos Humanos, o alguien externo, médico ocupacional, terapeuta o amigo. Tienes que atreverte a odiar, es decir a expresar tus sentimientos negativos. Si son reprimidos, corren el riesgo de conducir a la negación y volver el odio hacia uno mismo, lo que lleva a la depresión.
Neutraliza a la serpiente con su propio veneno.
Claude de Scoraille ayuda a la víctima a "regular la situación y sentirse lo suficientemente fuerte y vigorosa para dejar de ser la frágil gacela, para apoderarse del arma que se le presenta". Estas armas son las soluciones paradójicas de la escuela de Palo Alto:
■ sabotear el placer del pervertido: la víctima le dice al pervertido que sus acciones y palabras lo hacen un mejor colaborador;
■ tranquilizar al narcisista de otra manera: ella “sobre-solicita” su autoridad pidiéndole ayuda para pequeñas cosas ya que ella es incompetente mientras que él, “el jefe”, sabe. Ella utiliza sus reproches como una palanca espeluznante para que él finalmente quiera poner distancia.
COMENTARIOS RECOGIDOS POR CHRISTINE CALAIS