>> Mira la presentación de diapositivas + video en slideshare : http://bit.ly/13iWW0X
Este es el caso de un gerente percibido por su equipo como muy autoritario. Y un equipo, percibido por su entrenador como incompetente y malhumorado.
El contexto económico
Estamos en una empresa de consultoría, subsidiaria de una empresa internacional, que opera en un mercado bastante competitivo. La actividad comercial muy sostenida es desarrollada por vendedores exitosos. La empresa está creciendo rápidamente y necesitaría ser reestructurada.
La situación de este gerente en la empresa
El gerente en cuestión en este caso se encuentra bajo la dirección financiera;
se encarga de la facturación y reporta a un N+1 responsable de la gestión de contratos. Es responsable de un equipo de colaboradores. Una organización bajo presión
La matriz extranjera ejerce una enorme presión exigiendo informes mensuales que elabora este departamento financiero.
Cada mes, para el cierre mensual de las cuentas, el departamento de facturación se encuentra bajo la triple presión de requerimientos de informes, los de los comerciales, que acuden a comprobar e instar el envío a los clientes de las facturas de sus pedidos de los que dependen sus resultados. y su retribución, y el clima muy tenso entre el directivo y su equipo de facturación.
Un directivo sobreprotegido…
En este clima de alta tensión, el responsable de facturación es muy dependiente de su N+1 que le sobreprotege. Ante un equipo “difícil”, el técnico ya no ejerce su autoridad directamente; es su superior jerárquico quien lo hace por él. En esta dimensión, ya no tiene que manejar sus propias dificultades, es atendido - con el beneficio secundario de "confiar" en su jerarquía - Además, se siente fuerte gracias a la actitud de su jerarquía. Incluso dice: “No tengo ningún problema con mi jerarquía”. Sobreprotegido, de hecho está debilitado y de facto renuncia al progreso. Estamos ante una personalidad llena de ambivalencia: competente, entregada, con sentido de lo colectivo, pero que no cumple su función de supervisión directiva.
Un directivo que hace en el lugar de sus colaboradores
(intento de encontrar una solución)
En este período de cambio y tensión, falta de autoridad frente a un equipo que no duda en desafiarlo - tiempos de descanso desproporcionados, ausentismo, retraso en la producción - hace el trabajo en lugar de sus colaboradores considerando que lo están haciendo mal, de una manera más bien sacrificada.
Al igual que Atlas, toma el mundo sobre sí mismo. Él jugará constantemente el papel de un bombero. Las relaciones en este departamento son de hecho muy complicadas;
cuando en cambio hacemos cosas, creamos personas ingratas, cuando tenemos frente a nosotros personas egoístas y algo manipuladoras. Es fácil que sus colaboradores digan de él que no sabe delegar, no sabe explicar, con para ellos un beneficio secundario de no trabajar... La trampa
A fuerza de hacer las cosas en cambio, nuestros gerente está al borde del agotamiento.
Entonces se vuelve “realmente” autoritario y es legítimamente percibido como tal, con momentos de crisis que surgen como bombas al menor desbordamiento y conducen a sanciones excesivas ya sea directamente de su parte o emanadas de la jerarquía. Pero la cara oculta de su problema de autoritarismo es su lado sacrificial, hiperprotector, que lo lleva a asumirlo por sí mismo, hasta la saturación; una dinámica sacrificial/autoritaria que te vuelve paranoico.
Orientación estratégica: ralentizar
Una solución consistirá en conseguir que este responsable se responsabilice menos, establezca límites, y por tanto asuma el riesgo de un ligero descenso temporal en el rendimiento de su departamento (estamos en una fase de cambios importantes, y su jerarquía lo apoya).