Pregunta : ¿Podemos fusionar dos compulsiones? “Me chupo el brote y me tapo las orejas con el pelo. Eso sí, busco la plenitud con el pulgar pero al mismo tiempo sufro de misofonía”.
Respuesta : Sí, a menudo. "Incluso puedes combinar muchas compulsiones; lo importante es distinguir la lógica".
El trabajo del profesor Nardone muestra 3 tipos de rituales:
- Preventivo, de control, cuando se duda, por ejemplo, que se haya limpiado bien, cortado el gas, cerrado la puerta, lo que lleva a una revisión
- propiciatorio:
Aquí hay una ilustración de una anécdota de Paul Watzlawick que se llama "polvo de elefante". Un señor mayor, que viajaba en tren por el oeste de Francia, abría la ventana cada diez minutos para arrojar un polvo que llevaba en su caja de rapé. Habiéndole preguntado los otros viajeros qué era, respondió: "polvo anti-elefante". Los otros viajeros respondieron: "pero aquí no hay elefantes". Y el anciano les dijo: "¡es que mi polvo es efectivo!".
Estamos ahí en la definición del ritual; uno piensa que en realidad, haciendo tal cosa, tal o cual otra cosa no sucederá. A riesgo de perpetuar la dificultad e instalarse en una situación cada vez más rígida.
Al mismo tiempo, paradójicamente, no estamos a salvo. La intervención terapéutica consistirá en conseguir que la persona haga un poco menos, en utilizar contra-rituales para reducir la frecuencia.
- Rituales restaurativos :
“Tengo dudas de haberme contaminado y entonces me voy a limpiar porque gracias a esta limpieza me voy a tranquilizar.
El ritual permite poner distancia entre uno mismo y el propio miedo.
Del mismo modo, la estrategia de evitación modifica la percepción del peligro.
Los rituales contribuyen a la construcción de una realidad, de una protección; tenemos la sensación de que estamos seguros porque de eso se trata: necesitamos del ritual para tender hacia ese sentimiento de seguridad. Y aumentamos la intensidad del ritual o aumentamos el número de rituales que pueden tomar varias formas.
En esta búsqueda de tranquilidad, los que te rodean pueden ser solicitados; si participa en el ritual, hace que la situación y los síntomas sean aún más rígidos.
Si este es el caso, será necesario involucrar al entorno en la terapia; de lo contrario, la persona compulsiva podrá iniciar una pelea de pulsos con quienes la rodean y contaminarlos.
Los rituales se basan en la creencia, el control poderoso y la lógica de la evitación.