Esta técnica de la pequeña transgresión se aplica en el marco de un escenario más complejo.
La adolescente anoréxica corre un gran peligro en comparación con su peso. Así que empezamos la sesión diciéndole que o nos sigue o se va al hospital. Tenemos que hacerle entender que es muy importante que trabaje con nosotras (estamos tratando con chicas adolescentes que muestran una gran resistencia) mostrándole la alternativa hospitalaria bajo una luz horrible: la absorción de nutrientes por conductos en la nariz.
Esto crea un mayor miedo.