Cómo no saber decir que no es un problema; en general escuchamos "demasiado bueno, demasiado estúpido" . Esta expresión se suele usar en femenino pero no hay exclusividad y también se puede conjugar en masculino. El sentimiento que lleva es el de dejarse engañar, de no estar nunca en el lugar adecuado, de pensar que los demás saben hacerlo mejor o que tienen más derechos.
La creencia, nacida de la educación o la cultura, de que uno debe estar ahí para los demás en lugar de pensar en uno mismo, es otra fuente de dificultad. También podemos no saber pedir, no saber hacer valer nuestras necesidades. La oposición al respeto por uno mismo o por el otro es parte de un descrédito de uno mismo.
En este sistema, la persona se subestima ; piensa que existir es aferrarse a los deseos del otro. También puede haber sobreestimación ; la persona entonces se cree más fuerte que los demás y dice "yo cuido al otro porque soy más fuerte". En el primer caso, confiamos demasiado en los demás, en el segundo, confiamos demasiado en nosotros mismos.
Una confusión a evitar: autoestima y confianza en uno mismo no son lo mismo. La autoestima viene del ser, la confianza en uno mismo de lo que uno es capaz de hacer. Algunas personas saben cómo hacerlo pero sienten falta de sí mismas; se dicen a sí mismos "que al dar valor al otro, me doy valor a mí mismo".
Intentos de solución; son muchos :
- Una creencia: debo ser simpático o simpático y pensar primero en el otro antes de pensar en mí
- Evitación: tengo miedo de sentirme culpable, así que si tengo que elegir, evitaré decir que no para no tener que lidiar con un sentimiento de culpa.
- Evitación de nuevo: me desempeño bien y tengo buena confianza en mí mismo pero no quiero caer en un conflicto para evitar el riesgo de desenamorarme
- Control en las relaciones: me siento invadido por el otro pero no podré decir que no porque tengo demasiado miedo de que el otro tenga más control sobre mí.
- Dependencia: quiero que mis necesidades sean reconocidas por el otro; "después de todo lo que he hecho por él o por ella". Esto crea frustración. "Cuando tengo una necesidad, nadie la ve"
- Aislamiento: “Me voy a tomar un tiempo para mí, voy a pensar en mí”. De hecho, sin la posibilidad de compartir, la persona se aislará.
Intervenciones estratégicas:
Se trata de fronteras y límites. ¿Qué marco construyo y qué libertad me doy?
La distinción entre ser y hacer es importante. Distinguir intención y comportamiento crea una diferencia dentro de uno mismo.
- Reemplazar "debo" por "quiero"
- darnos cuenta de que necesitamos
- Aprende a discutir el no con un niño, un colega. Explica sin justificar para no sentirte culpable, busca soluciones y propóntelas: un plazo, otra forma de hacer las cosas...
- Desarrollar el “no bajo condiciones”: “Quiero decirte que sí pero no enseguida, ni bajo tal o cual condición”.
Hay una cuestión relacional de respeto por uno mismo y respeto por los demás. Todos los falsos síes nos desvelan por la noche; "Estamos haciendo la película de nuevo".
La conquista del respeto por uno mismo y por los demás posibilita la conquista de la autonomía. Nos convertimos en socios, experimentamos relaciones de apoyo y ganamos autoestima. En este tipo de problema terapéutico nos encontramos con perfiles perfeccionistas, tiránicos de sí mismos cuyo no les costaría demasiado la autoestima.