El efecto esperanza, también conocido como efecto placebo, se refiere al fenómeno en el que la creencia o expectativa de una persona sobre un tratamiento o intervención puede conducir a una mejora percibida en su condición, incluso si el tratamiento en sí es inerte o inactivo. Destaca la poderosa influencia de nuestra mentalidad y creencias en nuestras experiencias y resultados subjetivos, Gibson, P. (2022). El efecto placebo se ha observado a lo largo de la historia, pero su documentación oficial se remonta a finales del siglo XVIII, Kirsch, I., et al. (2008).
El término "placebo" proviene de la palabra latina que significa "complaceré" y el concepto ganó atención en la investigación médica gracias al trabajo pionero de los médicos Benjamin Franklin y John Haygarth en el siglo XVIII. Franklin y Haygarth realizaron experimentos con sustancias inertes y observaron sus efectos terapéuticos en los pacientes. Sin embargo, no fue hasta mediados del siglo XX cuando el efecto placebo comenzó a estudiarse y analizarse de forma más sistemática en ensayos clínicos e investigaciones médicas. Estos experimentos parecen demostrar cómo el efecto de las expectativas puede influir en diferentes ámbitos, incluida la percepción del dolor, el rendimiento deportivo, los tratamientos médicos y la salud mental. Esto resalta la importancia de utilizar la respuesta esperada e integrarla con nuestra confianza en nosotros mismos y nuestras esperanzas, que virtualmente inventan nuestras experiencias de nosotros mismos y del mundo que nos rodea, Geers, AL, et al. (2007).
Pastillas de azúcar y bebidas energéticas.
Algunos ejemplos populares y bien conocidos del poder de la esperanza implican el uso de una pastilla de azúcar (placebo) en ensayos médicos. Cuando los pacientes reciben una pastilla de azúcar en lugar de un medicamento activo, experimentan los efectos positivos del medicamento real. Aunque la píldora no tiene propiedades terapéuticas, algunos participantes perciben una mejora en sus síntomas porque creen en el tratamiento. En algunos estudios, los participantes con afecciones como dolor de rodilla o angina se sometieron a cirugías simuladas, es decir, sin cirugía real. A pesar de la ausencia de cambios físicos, algunos pacientes informan una reducción del dolor o una mejoría de los síntomas, lo que demuestra el poder de la esperanza humana. En experimentos sobre rendimiento deportivo, a los atletas se les dieron bebidas energéticas que eran placebos, sin sustancias estimulantes. Sin embargo, los atletas a menudo sienten un aumento en su nivel de energía y mejoran su rendimiento porque creen en la efectividad de la bebida, Amanzio, M., et al. (2001). Los investigadores incluso han realizado estudios utilizando pastillas de colores para explorar la influencia de las expectativas sobre los efectos percibidos de los medicamentos. Por ejemplo, las pastillas azules se asocian con la sedación, mientras que las pastillas rojas suelen asociarse con la estimulación. Las personas pueden experimentar los efectos correspondientes incluso si la composición real de la píldora es la misma. Placebo de acupuntura: los investigadores han utilizado agujas de acupuntura o acupuntura simulada para estudiar el efecto placebo en estudios de acupuntura. Estos procedimientos imitan el procedimiento de acupuntura real pero no penetran la piel. Aun así, algunos participantes informan una reducción del dolor u otros efectos terapéuticos. Los tratamientos con placebo se han utilizado en estudios de trastornos mentales como la depresión y la ansiedad. Algunos participantes mostraron una mejoría en sus síntomas después de recibir el tratamiento con placebo, lo que destaca la influencia de los factores psicológicos en el bienestar.
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Mecanismos psicológicos clave
La anticipación y la creencia juegan un papel central en el efecto de la esperanza. Cuando los individuos tienen esperanzas o creencias positivas sobre un tratamiento o intervención, esto puede influir en sus percepciones, experiencias subjetivas e incluso respuestas fisiológicas. Las expectativas positivas pueden crear un marco psicológico que refuerza las percepciones de la eficacia del tratamiento. Los procesos de condicionamiento y aprendizaje pueden contribuir al efecto deseado. A través de experiencias o condicionamientos previos, las personas pueden haber aprendido a asociar ciertas señales, como la aparición de una pastilla o el contexto de un entorno médico, con resultados positivos. Estas asociaciones condicionadas pueden desencadenar respuestas al placebo e influir en las expectativas. El efecto de expectativa puede verse influenciado por la atención y la concentración. Cuando los individuos creen que están recibiendo un tratamiento beneficioso, pueden prestar más atención a las sensaciones positivas o deseables y minimizar las experiencias negativas, amplificando así los beneficios percibidos del tratamiento. Las expectativas positivas pueden aumentar la motivación y el esfuerzo, lo que conduce a un mejor desempeño o resultados. Cuando los individuos creen que lograrán resultados positivos, pueden esforzarse más y adoptar comportamientos que sean consistentes con estas expectativas, contribuyendo así a lograr mejores resultados. Las emociones también juegan un papel importante en este efecto. Las expectativas positivas pueden generar emociones positivas, como la esperanza, que pueden tener un impacto beneficioso en el bienestar, la percepción de los síntomas y los resultados generales del tratamiento. Los factores sociales y culturales pueden influir en el efecto de las expectativas. Las creencias y actitudes de otros, como proveedores de atención médica o pares, pueden moldear las expectativas de los individuos y contribuir a los efectos observados. Además, las normas y expectativas culturales con respecto a los tratamientos y la cura pueden influir en las respuestas a los placebos. Es importante señalar que el efecto esperado es complejo y multifacético, y que los mecanismos psicológicos específicos involucrados pueden variar según el individuo, el contexto y la naturaleza del tratamiento o intervención. Estos mecanismos interactúan y se entrelazan, contribuyendo al impacto general del efecto de la expectativa en las experiencias subjetivas, las respuestas fisiológicas y los resultados del tratamiento.
La apuesta de Pascal
En el siglo XVII, el erudito francés Blaise Pascal utilizó la versión más antigua conocida de la técnica del "como si", Watzlawick (1990), para ayudar a los cristianos que dudaban a recuperar su fe. Pascal sugirió: "No importa si dudas de Dios ahora: ponte de rodillas, arrodíllate y reza, usa agua bendita y participa en los sacramentos... compórtate como si ya creyeras... y verás que la fe No tardaré en estar contigo. Estas pequeñas pero concretas acciones prácticas cambian gradualmente la interacción habitual entre una persona y sus percepciones, llevándola a experimentar algo que primero "fingió" sentir actuando "como si". Esto se produce a través del autoengaño inducido, que cambia la dirección de la "profecía", haciendo que la persona experimente algo diferente al patrón habitual, que esencial y sutilmente revierte sus percepciones y comportamientos antiguos o frecuentemente percibidos como disfuncionales. Actuar “como si” es algo que un atleta olímpico tendrá que hacer si quiere creer que entrenar a las 6 a.m. en una fría mañana de noviembre le permitirá ganar la medalla de oro en una competencia. No tiene pruebas de que vaya a funcionar, pero sus creencias y sus acciones "como si" lo lleven a lograr algo que "es" o "existe" ahora, como su primera medalla olímpica.
Efectos transformadores de la acción "como si"
Si buscas superar un problema o lograr una meta, aquí tienes un experimento para las próximas dos semanas: todos los días, hazte la siguiente pregunta: "¿Qué haría diferente hoy si creyera plenamente en mí mismo o si lo que pienso?" ¿No existía lo que me impide alcanzar mi objetivo?
Ahora, de todas las cosas que te vienen a la mente, elige la más pequeña, mínima pero más concreta y ponla en práctica. Cada día, elige una cosa pequeña pero concreta para hacer, como si ya hubieras superado tu problema o tuvieras plena confianza en tu capacidad para lograr tu objetivo. Cada día, elige algo diferente y ponlo en práctica.
El efecto mariposa
El objetivo de la técnica denominada "como si", Gibson (2022), Nardone y Portelli (2005) y Watzlawick (1990), es introducir algunos cambios menores en la rutina diaria de la persona. Incluso si el cambio es pequeño, desencadena una reacción en cadena de cambios que pueden transformar una situación que alguna vez estuvo estancada. Esta receta es un buen ejemplo del “efecto mariposa”.
"El efecto mariposa" es un término acuñado por Edward Lorenz para describir la idea de que el batir de las alas de una mariposa en un lugar puede, en teoría, desencadenar una cadena de eventos que conduzcan a un impacto significativo en otro lugar, como la formación de un tornado. en un lugar lejano. El efecto mariposa resalta la naturaleza de los sistemas complejos, en los que pequeños cambios iniciales pueden tener efectos a gran escala. Incluso variaciones menores en las condiciones iniciales o pequeñas perturbaciones pueden crear diferencias significativas en los resultados. Si podemos cambiar nuestra actitud e introducir un pequeño cambio en nuestro comportamiento cada día, potencialmente podemos provocar una experiencia emocional correctiva y transformadora (Alexander y French, 1946) que puede complementarse fácilmente con la introducción de otras acciones y actitudes hipotéticas. y así construir una nueva realidad funcional que sustituya a la antigua realidad disfuncional.
Aprovechando nada
El efecto placebo y el poder de las expectativas también pueden aprovecharse de muchas maneras en la vida cotidiana. Aquí hay algunas estrategias que también puedes considerar:
- Mentalidad y creencias: Cultivar una mentalidad positiva y creer en la posibilidad de lograr resultados positivos. Su actitud y expectativas pueden influir significativamente en sus experiencias y bienestar.
- Rituales Placebo: Incorporar rituales o rutinas que tengan significado o simbolismo personal. Por ejemplo, si una actividad u objeto en particular le resulta reconfortante o fortalecedor, incorpórelo intencionalmente a su rutina diaria para aumentar su confianza y bienestar.
- Visualización e imágenes mentales: utilice técnicas de visualización para imaginarse triunfando, superando desafíos o sintiéndose mejor. Al imaginar vívidamente resultados positivos, puede reforzar sus expectativas y potencialmente mejorar su desempeño o bienestar.
- Apoyo y estímulo social: Rodéate de una red de apoyo de familiares, amigos o mentores que crean en tus habilidades y potencial. Su estímulo positivo puede reforzar sus expectativas y darle una sensación de validación.
- Prácticas mente-cuerpo: Adopte prácticas mente-cuerpo como la meditación, el yoga o ejercicios de respiración profunda. Estas prácticas pueden ayudar a relajar la mente, reducir el estrés y crear una mentalidad positiva, lo que puede ayudar a mejorar el bienestar.
- Placebos personalizados: cree placebos personales que simbolicen comodidad o alivio para usted. Estos pueden incluir objetos, símbolos o actividades que tengan una asociación positiva con usted, lo que puede ayudar a provocar un efecto placebo.
Comportamiento responsable
Estos ejemplos populares ilustran cómo las expectativas pueden influir en nuestras experiencias y resultados en diversas áreas, incluida la eficacia de los medicamentos, las intervenciones quirúrgicas, la mejora del rendimiento y las terapias complementarias. Demuestran de manera irrefutable que nuestras creencias y percepciones influyen en nuestro bienestar. Recuerde que, si bien aprovechar el poder de las expectativas puede resultar beneficioso, es importante abordarlo de forma ética y responsable. No se trata de engañarnos a nosotros mismos ni a los demás, sino de aprovechar los aspectos psicológicos y emocionales de nuestras experiencias para promover el bienestar y los resultados positivos.
Bibliografía
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- Benedetti, F., et al. (2011). Interrupción de las respuestas al placebo inducidas por opioides mediante la activación de los receptores de colecistoquinina tipo 2. Medicina traslacional científica, 3(70), 70ra14.
- Finniss, DG y col. (2007). La neurobiología de la analgesia placebo: de los opioides endógenos a la colecistoquinina. Progreso en neurobiología, 84(3), 263-284.
- Geers, AL y col. (2007). Un ensayo aleatorio de cirugía placebo para el desbridamiento artroscópico de la rodilla. Revista de Medicina de Nueva Inglaterra, 357(26), 2656-2664.
- Gibson, P. (2022). Escapar de la trampa de la ansiedad. Libros de ciencia estratégica.
- Nardone G. y Portelli, C. (2005). Conocer a través del cambio. Publicación de la corona.
- Kirsch, I., et al. (2008). El poder de la sugestión: efectos de la expectativa en la modulación del dolor. Revista de Personalidad y Psicología Social, 92(4), 778-791.
- Petrovic, P., et al. (2005). Analgesia con placebo y opioides: imágenes de una red neuronal compartida. Ciencia, 295(5560), 1737-1740.
- Waber, RL y col. (2008). Respuestas placebo a un procedimiento de acupuntura simulado: un estudio experimental de estudiantes universitarios. Revista de investigación psicosomática, 65 (4), 373-377.
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