La adicción es en sí misma un intento de solución disfuncional a un problema personal: problema de control, evitación, creencia, conformidad con un grupo. Puede afectar a individuos o comunidades (empresas, familias, etc.)
Se trata en todo caso, en algún momento, de un trastorno de la voluntad que mata la capacidad de ser creativo, de tomar iniciativas, de hacer las cosas de otra manera, de correr pequeños riesgos. Al hacer esto, demuestras autoridad sobre ti mismo, sobre el mundo, lo cual es fundamental para la empresa. De lo contrario, si hay un accidente, si se daña la autoridad, se vuelve peligroso para la empresa que acumula los rotos, las personas estacionadas...; la empresa entonces se vuelve menos eficiente.
Qué hacer ? Generalmente empezamos por mostrar comprensión, por considerar que la persona tiene cierta fragilidad personal... A veces, se observa que es perjudicial para el jefe (me gustaría que lo descartes).
El entorno a menudo ignora el problema o lo asume, protege.
Pero hablamos de eso a sus espaldas. La mayor parte del tiempo, estamos indefensos. Luego le decimos a la persona que debe encontrar una solución.
a su problema.
Entonces percibirá actitudes: podemos sobreprotegerla, hacer las cosas en su lugar, lo que significa que es incapaz, esconder sus errores, reducir los requisitos profesionales y así debilitarla aún más.
En algún momento intentaremos hacerle entrar en razón, pedirle un compromiso, una prueba ante la negación.
Luego vienen las soluciones radicales: traslado, despido, registro legal.
La adicción representa un alto costo social:
5 millones de personas tienen problema con el alcohol, hay 500.000 heroinómanos, 200.000 de cannabis (con problema
al consumo de esta sustancia)
Y estas cifras no se cruzan, sabiendo que en Francia hay un alto consumo combinado de sedantes.