¿Cómo salir de la trampa y la jaula en la que nos encontramos?
El primer paso es imaginar el horrible escenario.
Primero es necesario tratar y anticipar el pánico y reforzar el estado de pánico en el que el escenario sume al procrastinador.
El propósito de este escenario es crear una aversión, un miedo a posponer las cosas.
El 2º movimiento es "cortar la montaña en pedazos muy pequeños", es decir, prescribir a la persona tiempos muy breves durante los cuales realizará el trabajo que le parece abrumador, con prohibición formal de adelantamiento.
Sabemos que el procrastinador favorece lo agradable antes de abordar lo restrictivo.
La prescripción general
Hacer algo que no le gusta hacer todos los días = “regla de oro para acostumbrarse a cumplir con su deber sin esfuerzo”.
Esto es similar a una inoculación de veneno tóxico pero en dosis homeopáticas.
Al poner en práctica este protocolo, el procrastinador se dice a sí mismo que está haciendo, que ya ha hecho, el trabajo que le parecía insuperable.